Es verdad que nuestra tasa de natalidad no presenta sus mejores resultados, pero aún así las mujeres quieren ser madres y los hombres quieren ser padres. Es un instinto natural, querer tener un hijo educarlo e inculcarle tus mismos valores o unos mejores.

Cuando nacen los papas no saben si lo tienen o lo sueñan, por eso en cada momento de su vida quieren darle todo lo mejor. Los mejores potitos, los mejores pañales, la mejor leche, el mejor chupete, etc. Es lógico que todos los primerizos pongan todas sus energías en que su bebe crezca en el mejor entorno posible. Pero cuando ya tienes dos, te das cuenta que eso aunque sigue siendo importante, lo más preciado de la niñez son los recuerdos, sobre todo los recuerdos de las reuniones o incluso la decoración de las fiestas infatiles.

Y como bien sabemos no tenemos uso de razón hasta los 6 años, por lo que mientras tanto papa y mama tienen que encargarse de recopilarnos todos los momentos que no debemos olvidar. Cuando crezcamos veremos cada foto y cada vídeo entre una y mil veces, lo enseñaremos y sobre todo lo disfrutaremos.

Los papas saben que lo vas a ver infinidad de veces, por eso se preocupan para que todo salga a la perfección. La decoración de las fiestas infantiles la cuidan al detalle; compran las invitaciones más bonitas, te preparan la tarta más rica del mundo mundial, etc. Esta pequeña etapa de tu vida debe ser recordada como la mejor, ¡sin excepción!