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Alexandra Vargas en Ecuador experimentó desde niña lo que era el dolor, la soledad y la tristeza. Su padre alcohólico
Alexandra Vargas en Ecuador experimentó desde niña lo que era el dolor, la soledad y la tristeza. Su padre alcohólico y su madre trabajando todo el día fueron el ejemplo que tuvo.
El exceso de consumo de licor de su padre llevó a la desesperación de su madre y al abandono, por lo que Alexandra y sus hermanos tuvieron que ir a vivir con sus tías y abuelos, pero la ausencia de cariño, atención y amor solo la llevaron, desde los 8 años, a tener deseos de morir.
Quedar como huérfana fue lo peor, hasta que un tío llegó a vivir donde su familia, y otra vez el dolor la acompañó.
Este tío engañó el amor de su sobrina, y el incesto llegó a la vida de Alexandra. El constante abuso sexual de su tío para ella y su hermano se prolongó por varios años.
Las noches eran largas y temerosas, llevando a Alexandra a cerrarse totalmente sin tener nadie en quien confiar, ella decidió guardar el secreto, hasta los 15 años que se negó a recibir el “cariño” de su tío.
Alexandra
Sin embargo, su secreto la estaba aislando por creer llevar la vergüenza del abuso.
Hasta que conoció a un chico que le cambió la realidad, le dio cariño. Pero pasado el tiempo, su novio le fue infiel y ella regresó a la depresión y a los deseos de suicidarse.
Pero algo más fuerte llevó a Alexandra a buscar una congregación cristiana donde aceptó a Jesús como su Salvador. Ese encuentro personal que tuvo con Dios le ayudó a perdonar y a salir adelante.
Hoy ella ayuda a quienes viven lo que ella enfrentó, y su felicidad al fin llegó cuando empezó a caminar en el perdón.