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Diez mujeres han sido mutiladas y decapitadas en lo que va del año; sus cuerpos son abandonados en la vía pública, tal como sucedía en la guerra interna; las fuerzas de seguridad sostienen que en la mayoría de casos, este vejamen corresponde a problemas entre pandillas
Según la unidad encargada de investigar las muertes violentas contra mujeres, de la Fiscalía de Delitos contra la Vida, cinco hallazgos de este tipo se dieron en la capital; cuatro en la zona 18 y uno en la zona 11; mientras que los otros cinco en los municipios con mayores índices de violencia.
En estos casos resulta difícil cuantificar cuántos son por desmembramiento o decapitación, porque al realizar la investigación se toma en cuenta que alguna parte de su cuerpo fue mutilada.
Por ejemplo, el pasado 7 de mayo, en el kilómetro 5 de la ruta al Atlántico, fue encontrado en una cuneta el cuerpo mutilado de Jéssica Carolina Franco Ramos, de 19 años, quien fue raptada un día antes por individuos.
Por ese crimen se capturó a Eduardo Salvador González Velásquez, alias "el Luna" y a Luis Jefferson Rosales Flores, alias "el Mosca", el primero fue capturado en un operativo en la zona 18, mientras que el segundo en un centro comercial; ambos integrantes de pandillas.
El 10 de marzo fue desmembrada Ingrid Paola Cruz Montalván, de 35 años, sus restos aparecieron en las zonas 6 y 18, ella era líder de una clica de la Mara Salvatrucha y tenía varios ingresos a la cárcel por extorsión, robo, agresión, posesión y consumo de drogas, según la Policía Nacional Civil.
Pese a los operativos para dar con los responsables del asesinato, los resultados fueron infructuosos.
COMO EN EL PASADO
Maya Alvarado, de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (Unamg), indica que en la actualidad estos hechos de extrema violencia se repiten como en el pasado, pues durante el conflicto armado interno, era común encontrar los cadáveres de este sector de la población en la vía pública y con señales de tortura.
Según la profesional las muertes violentas tienen un mensaje de poder de parte del crimen organizado y las pandillas para marcar su "territorio", el cual busca vulnerar y discriminar a las jóvenes, adolescentes y adultas.
Alvarado indica que en cambio, las muertes de hombres son menos grotescas que las de mujeres, ya que en la mayoría de casos, ellas han sufrido violencia sexual antes de ser asesinadas.
Según la representante de Unamg, el problema se origina porque en la actualidad las mujeres aún son vistas con cierto grado de machismo, en donde debe acatar las órdenes y someterse a lo que la sociedad espera de ella.
PANDILLAS
Miembros de la División Especializada en Investigación Criminal (DEIC) y del Ministerio Público, coinciden que en la mayoría de los casos recientes están vinculados con problemas entre pandillas, pues la línea de investigación indica que un 80 por ciento de los casos están relacionados con ello.
Según el investigador de la DEIC, los crímenes son perpetrados con saña, ya sea por disputas entre pandillas de maras rivales o porque la joven denunció a los miembros de la gavilla a la que pertenecía, "esto también suele suceder", afirma.
La fuente consultada indica que esos asesinatos a sangre fría son parte de los ritos satánicos que las pandillas realizan; debido a que esta práctica es muy conocida, "sabemos identificar cuando ese asesinato fue realizado por pandilleros", dice.
El investigador no descarta que el crimen organizado y el narcotráfico estén tras los asesinatos de mujeres, pero hace énfasis que no cree que en el desmembramiento estén involucrados, pues éstos utilizan otros métodos para cometer los delitos.
De acuerdo con la fuente, los grupos paralelos utilizan logística, armas de grueso calibre y vehículos sofisticados para cometer cualquier acto anómalo, en cambio las pandillas utilizan ciertas prácticas como el descuartizamiento, la cual ya ha sido identificado desde hace muchos años.
SIN JUSTIFICACIÓN
Sandra Morán, del Sector de Mujeres, indica que el hecho de que una fémina pueda estar involucrada con grupos delictivos, no justifica por ningún motivo el asesinato y mucho menos la saña con la que se realizan esas prácticas.
"Nosotras creemos que independientemente de que si la persona está relacionada con algún grupo delictivo o si forma parte de una mara, no justifica de ninguna manera el asesinato, creemos que si la persona ha cometido algún tipo de delito, para eso existe la ley y existen los procesos", dice Morán.
La representante de la organización, opina que los actos violentos en contra de ellas, sólo refleja "el odio impresionante y terrible contra la mujer y su cuerpo", quien puede ser aterrorizada de esta forma.
Morán concluye en que la Ley contra el Femicidio es una herramienta útil para contrarrestar este flagelo, pues ahora que existe un mecanismo legal que puede ser utilizado para evitar que los casos relacionados con cualquier tipo de violencia queden en la impunidad.